sábado, 21 de noviembre de 2015

GRACIAS, MARIA PAZ "FER"



 
Dice María Paz “Fer” en su perfil de G+ que es una “mujer sensible y pensante del siglo XXI”. Doy fe de ello. Y yo personalmente añadiría: “y además de todo eso, dotada de un sentido del humor excepcional”.
A María Paz “Fer” podéis encontrarla en el siguiente blog que ella misma administra:


Si entras en su blog, lo primero que te llama la atención es una maravillosa reproducción digital del cuadro Mujer asomada a la ventana de Salvador Dalí.
Cuando luego lees los escritos que María Paz “Fer” publica en su blog, podrías llegar a pensar que esa mujer que mira asomada a la ventana bien podría ser ella misma, pues a poco que leas sus cosas enseguida percibes que María parece tener siempre la mirada puesta asomando al vasto horizonte de su alma inquieta.
Antes decía que María poseía un sentido del humor excepcional.
Y para muestra, un botón.
Y es que María posee un botón ubicado en un determinado lugar de su muñeca izquierda, y que, al pulsarlo, comienza a soltar chistes “a bocajarro” ; )

Con María, además de nuestra pasión por la literatura, me une nuestra mutua pasión por el cine argentino, del que me declaro fan, y por el actor Ricardo Darín, que siempre consigue arrancarme una sonrisa de oreja a oreja, cuando no una carcajada, cada vez que le veo interpretar al hosco ferretero en la maravillosa película Un cuento chino.
Por cierto, un día hablando con María Paz me dijo que buena parte de esa película fue rodada a pocas cuadras de su barrio. Lo que son las cosas, ¿eh?

A los pocos días de hacerse con un ejemplar de ABSURDAMENTE Antología del absurdo Vol. I, le propuse a María Paz “Fer” que, si le apetecía, me hiciese llegar una fotografía posando con mi libro y una crítica acerca de qué le había parecido su lectura. A los pocos días me hizo llegar vía mail una foto y una carta, las cuales, con su permiso, reproduzco a continuación.

María Paz "Fer" desde su hogar en Argentina


CARTA DE MARÍA PAZ “FER”

Querido blog de Pedro:

Te escribo brevemente porque creo que debes estar al tanto de los últimos acontecimientos. No hace mucho me he encontrado con tu autor, Pedro Fabelo, en el ciberespacio, y resulta que sus píldoras de Humor absurdo me han ayudado notablemente con mi síndrome de sobreexposición a la realidad, un mal endémico en estos tiempos, como ya habrás notado.
Estas píldoras son comprimidos recubiertos de realidad alternativa, cuyo ingrediente principal es la capacidad de reírse de uno mismo y de todas esas cosas que no podemos cambiar. Las tomo como sustituto o complemento de las que se venden aquí en mi país como pan caliente, bajo el nombre comercial de Garombol.
Tu autor, mi estimado blog, dueño de un estilo pulido, su libro y sus píldoras de ficción, que adquirí en formato digital, han mejorado mi condición notablemente con sus narraciones amenas y naturales, buenas aperturas, diálogos hilarantes y desopilantes remates.
Es que Pedro se mueve a sus anchas en el reino de la risa tendiendo al pensamiento profundo que trasciende el mero entretenimiento y siempre regando su sólida narrativa humorística con unas gotas de inteligencia, cultura y lucidez sumamente sanadoras. ¡Una combinación imbatible que te recomiendo!

Un cordial saludo a Pedro, mi sentido agradecimiento por su Absurdamente, Antología del Absurdo Volumen I y en espera del Volumen II, te saluda atentamente desde Buenos Aires, Argentina

Fer



Después de leer esto, ¿qué puede decir uno? Pues...

Muchas gracias, Fer.





martes, 17 de noviembre de 2015

AMIGOS Y LECTORES



Hola a todos:

He habilitado en el blog una pestaña nueva denominada AMIGOS Y LECTORES. La podéis ver arriba, a la derecha, justo debajo de mi careto; sí, ese mismo careto en blanco y negro en el que poso tal si fuese un escritor importante.
Si pincháis en la citada pestaña podréis ver una galería con las fotos que algunos de los amigos y lectores del blog me han hecho llegar posando con mi libro.
Por cierto, si has comprado mi libro y quieres que tu foto forme parte de la galería, escríbeme un correo y lo coordinamos.
Mi dirección de correo es:

buenaletra2000@gmail.com

Un saludo.



sábado, 14 de noviembre de 2015

MALDITO BLOG DEL DEMONIO

¡Que te den, blog!

Aún me cuesta hablar de esto que me ocurrió hace unas pocas semanas. Es tan humillante.
Sin embargo, considero que la mejor manera de superarlo es compartiéndolo con todos vosotros, asiduos visitantes a este pequeño rinconcito reservado al absurdo.
La cuestión es que una lectora habitual del blog me pidió amistad por Facebook, y yo la acepté. Nada más hacerlo recibí un mensaje suyo invitándome a interaccionar con ella a través del chat. En aquel momento me pareció una idea bastante interesante. Por primera vez iba a establecer una conversación directa con uno de mis lectores, lo cual me brindaba la oportunidad de conocer de primera mano su opinión acerca de mi obra; sin filtros, sin intermediarios, solos ella y yo.
Hola —escribió ella.
Hola —escribí yo.
Un placer poder conversar contigo —escribió ella.
El placer es mío —escribí yo—. Celebro poder intercambiar opiniones con mis lectores. Al fin y al cabo uno escribe para ser leído. Además, siempre supone...
Disculpa —interrumpió ella.
¿Qué ocurre?
Verás. Igual te va a parecer un poco extraña mi petición...
Prueba a ver —escribí yo algo excitado, lo confieso.
Realmente no es contigo con quien quiero hablar.
¿Ah no? Y entonces, ¿con quién quieres hablar?
Con tu blog.
¡¡¿Qué?!!
Ya te dije que igual te iba a parecer un poco extraña mi petición...
Pero, ¿en serio quieres hablar con él?
Sí.
Pero, ¿por qué? Quiero decir, YO soy el escritor, YO soy quien escribe esas cosas que tanto te han llegado, YO soy el creador de este universo propio. ¿Por qué quieres hablar con él?
Está bien. Te lo diré. Me siento atraída por tu blog —escribió ella.
¿Perdón? ¿Has dicho atraída? —escribí yo.
Sí. Eso he dicho.
¿En qué sentido te sientes atraída?
En todos los sentidos. Intelectual y sexualmente.
¿Sexualmente también? —escribí cada vez más sumido en mi desesperación. No entendía nada. Me costaba hacerlo. ¿Cómo se puede sentir alguien sexualmente atraída por un blog?
Siendo honesta contigo, he de decir que encuentro a tu blog irresistiblemente sexy —escribió ella.
No lo entiendo, la verdad. Me has dejado de una pieza.
Pero oye, tú también me caes bien. Lo digo en serio. Lo que ocurre es que tu blog provoca en mí cosas que nadie me ha provocado jamás.
Está bien. Lo entiendo —escribí, aunque en realidad no entendía nada. Todo aquello me superaba. Me parecía ridículo. Más que ridículo me parecía absurdo. Y sé que al decir esto corro el riesgo de que alguno me venga con el chiste fácil: «¿Has dicho “absurdo”? ¿De verdad has dicho “absurdo”? ¿Acaso no se llama tu blog “absurdamente”? Ja,ja,ja...».
Pues para que lo sepas, si eres de los que piensa eso déjame decirte algo: no tiene ni puñetera gracia.
Lamento que mis sentimientos te hagan daño —escribió ella.
«Sí, ya», pensé. Pero no lo escribí. En vez de eso opté por mostrar abiertamente mi disconformidad.
Te supongo una persona madura —tecleé—. En tu perfil dices que tienes 35 años. Con esto quiero decir que no eres una niña. Espero que sepas lo que haces. Aunque he de advertirte algo.
Eh, tú, gilipollas. ¿Se puede saber qué coño haces?
Vaya, ¡qué oportuno!
Pues sí. Oportuno. No me gusta lo que estás haciendo. Lo veo sucio y rastrero. ¿Se puede saber qué le ibas a decir a la chica?
La verdad.
¿Y cuál es esa “verdad”?
Pues que no debería hacerse ilusiones contigo.
¿Y eso por qué?
Porque lo vuestro no funcionaría. Es físicamente imposible.
En el sexo no existen barreras. ¿Has oído hablar del cibersexo?
Déjate de gilipolleces conmigo.
¿Por qué te molesta tanto que me relacione con esa chica? ¿Sabes cuánto hace que no tengo sexo con alguien que no sea yo?
¡Tío!
Blog, si no te importa.
Está bien. ¡Blog!
¿Qué?
¿Cómo que qué? Joder, ¿es que no te das cuenta de lo raro que suena todo esto? ¿En serio tienes vida sexual?
Pues claro, gilipollas.
La verdad, no quiero ni pensar en las cosas que haces cuando estoy durmiendo.
Puedes imaginártelo.
¡Joder, no! ¿En serio?
No sé de qué te extrañas. Soy un blog joven, en plenitud sexual. Paso mucho tiempo aquí solo. ¿En qué quieres que invierta mi tiempo?
No sé. Aprende un idioma.
Apréndelo tú, no te jode.
Oye, ¿sigues por ahí? —escribió la chica.
Sí. Aquí sigo —escribí yo.
Ibas a decirme algo relacionado con tu blog...
Cuidadito con lo que le vas a decir a la chica.
¿Me estás amenazando?
Pues sí. Te amenazo.
¿Y qué piensas hacer, listo?
Tú sólo piensa una cosa: tengo todos tus posts desde que empezaste a publicar, y albergo más de mil comentarios de tus lectores en mi base de datos.
No te atreverás.
Ponme a prueba.
Serás cabrón. Está bien. Hablaré con la chica. Espera un momento.
¿Oye? ¿Sigues ahí? —tecleé.
Aquí sigo. ¿Te ocurre algo? — tecleó ella.
Sí. Perdona. Tuve que atender una llamada de teléfono de un agente literario solicitándome un manuscrito.
Oh, vaya, no sabía que los agentes literarios hiciesen eso.
Yo tampoco. Oye, que sí.
¿Que sí, qué?
Que mi blog está de acuerdo en conocerte.
¿De veras?
Sí. Pero oye, yo me mantengo al margen, ¿de acuerdo?
Vale. De acuerdo.
En fin, os dejo a solas. Bye.
¿Qué pasa nena? ¿Cómo lo llevas?
¡Wow!, ¿en serio eres tú? ¿Eres «Absurdamente»?
Pues claro, nena. Oye, ¿qué tal si nos desmarcamos del fatiga de Pedro y nos vamos tú y yo a un chat más exclusivo?
Por mí, encantada.

Sinceramente, estaba tan desconcertado, confuso, desorientado, irritado, cabreado, furioso y mil cosas más que no puedo describir aquí, que decidí desentenderme totalmente del tema. ¡Maldito blog del demonio!



miércoles, 11 de noviembre de 2015

GRACIAS, JOTAPÉ


Hoy os hablaré de Jotapé.
¿Y quién es Jotapé? Pues Jotapé es un blogger la mar de salado —odia el dulce, ¿sabéis? Es de esa clase de personas que prefiere un buen bocata de calamares a una tarta de chocolate. En fin, cada loco con su tema—.
A Jotapé podéis encontrarle en el siguiente blog que él mismo administra:


Como habréis podido deducir por el título de su blog, Jotapé es un reflexionador nato. Y ya sabéis el dicho: «La vida está repleta de reflexiones, ¿quién la reflexionará? El reflexionador que la reflexione, buen reflexionador será».
Y Jotapé es un buen reflexionador. De los mejores que conozco. No en vano, cada mañana al levantarse, Jotapé es de los que se hacen no menos de 100 reflexiones de cuatro series de 25 antes de desayunar. Un monstruo, vamos.
A Jotapé lo conocí un buen día —digo que era bueno porque hacía solecito y corría una brisa bastante agradable—. Como digo, aquel día que hacía tan bueno, Jotapé me dejó un efusivo comentario en mi blog a propósito de uno de mis posts. A este primer comentario le siguieron nuevas visitas y nuevos comentarios, igual o más elogiosos que el primero. Es decir, que al bueno de Jotapé le gustaba lo que yo escribía. Y eso me ponía muy contento.
Cuando anuncié mi intención de publicar mi primer libro de relatos, Jotapé fue uno de esos generosos lectores de este blog que me dijeron: «Oye Pedro, pues yo quiero uno».
Dicho y hecho.
A las pocas horas de ponerlo a la venta, Jotapé hizo su pedido de un ejemplar en papel a través de la web de Amazon, y un par de días más tarde ya lo tenía en su casa.
Según él mismo me confesó, devoró aquel libro. Y eso me puso mucho más contento si cabe.

Pero mejor será que os lo cuente él mismo con sus propias palabras. Os dejo con este simpático relato escrito por Jotapé.


SUMMER LOVE (AMOR DE VER-ANO) por JOTAPÉ

Esta es la historia de un amor de verano. Del verano de 2015. Paseaba por la playa cuando me encontré a semejante ejemplar tomando el sol. En una playa de aguas cristalinas, arena fina, y donde el aire y la tranquilizante canción de los sonidos de las olas te transportaban a un estado de relax. Exceptuando los gritos de los niños, sus tiradas de arena cuando pasaban por tu lado y las pelotitas de tenis que siempre acababan dando diana en ti. Pero bueno, no nos desviemos del tema.



Míralo qué a gustito el jodío al solecito

De seguida charlamos y charlamos bajo los jodidos rayos tórridos del sol en un ambiente tan especial como es en la orilla de la playa, con gente pasando y mirando e intentando averiguar de qué coño estábamos hablando. Malditos/as cotillas!

Afortunadamente los niños y sus pelotitas de tenis se fueron al agua, y nos dejaron en paz

De seguida nuestra historia cuajó, y pasamos más tiempo juntos. Íbamos incluso a la piscina (para evitar la arena por todos lados, pero la impertinencia de los niños no fue eliminada…)
Nuestra historia estaba repleta de diferentes pequeñas historias a cuál más curiosa y divertida.

El libro de Pedro, mi piscinita, y sin niños a la vista, ¡qué gozada!

No olvidar los ratos en los que ha compartido conmigo sus historias mientras me relajaba y nos tumbábamos en la cama (para leer, mal pensados).
Nuestra historia era casi como un libro, con sus pequeñas historias, páginas y personajes cada cual más dispares a poder ser.


El libro, mi camita y el teléfono desconectado. ¡Planazo!

Con sus historias me ha hecho reír, olvidarme de los problemas, disfrutar de mis vacaciones. Hemos estado juntos muchos días de este verano. Me gustaría que vosotros también conocierais a otro ejemplar idéntico al que yo encontré. Os alegrará la vida, os entretendrá, os fascinará y todo lo que comience por “os” y acabe por “rá”…

Cena romántica para dos. ¿Qué más se puede pedir?

Pero como ya dije y di título a este relato, aquello era, o mejor dicho, fue, un amor de verano. Y una vez todas las historias fueran contadas, todo conocimiento interior salido a la luz y sus secretos me fueron revelados —¡pues coño, era un amor de verano!—, todo se acabó al llegar a la última página, y con ella regresó la rutina. Y con la llegada del otoño, finalizó el ver-ano.

No me arrepiento de nada, y me volvería a “enamorar” de otro ejemplar que se parezca a éste. Es más, os recomiendo a todos que tengáis la suerte que he tenido yo.

Jtpé.

Aventura de Verano 2015.

FIN


¿Qué os ha parecido? A mí personalmente me ha encantado. De hecho, sólo tengo palabras de agradecimiento para todos aquellos de vosotros que decidís sumaros a este pequeño juego que he establecido con todos los compradores de mi libro. Así que...

Gracias, Jotapé.